Tener dignidad, rabia acumulada, conciencia y un proyecto de futuro a los señores del dinero les molesta, agobia y pone en evidencia. Los estremece saber que hay personas que no se venden, que luchan contra la explotación que abren brecha, que se organizan desde abajo, democráticamente, sin lugar para la resignación y el conformismo. Allí donde el proyecto emancipador de la condición humana es un mandar obedeciendo, ellos abandonan. Donde los principios de justicia social e igualdad se practican, ellos atacan hostigando las juntas del buen gobierno y los caracoles. No lo conseguirán. Tratan de justificar una ruptura del alto al fuego. Tienen el dinero y creen poder hacer todo o casi todo. Compran voluntades, practican la extorsión, la corrupción y el cohecho. Miles, cientos o millones es el lenguaje para obtener un acuerdo. Al fin y al cabo la democracia, se dicen, consiste en elegir una elite para encauzar los beneficios económicos del capital. Hoy los bancos, las grandes empresas y monopolios se quedan con el Estado. Lo privatizan. ¿Quién era el ingenuo que planteaba que el Estado no tenía un carácter de clase?
No pensarían ustedes que los explotados, los trabajadores, los pensionistas, los sin tierra, los campesinos, los pueblos indios serían, en esta crisis, los beneficiarios del crédito de cientos de millones de dólares y euros a fondo perdido. Los únicos agasajados son los mismos que robaron. Banqueros y financistas. Las reglas del juego son las del mercado, es decir, la del más fuerte, competitivo y contumaz. No importa que se termine en un desastre mayor. El resultado es administrar la crisis en tiempos del capital. Más despidos, miseria, muerte por hambre, desempleo y concentración de la riqueza. ¿Alguien se pregunta quién tiene los millones que dicen haber perdido todos? ¿Se han esfumado? Es sólo una gran operación de ingeniería financiera. Si economistas, políticos, historiadores, sociólogos, antropólogos y demás cuerpo técnico del establishment no han sido capaces de dar una salida a la crisis, tal vez el problema consista en presentar una alternativa al capitalismo. Y el EZLN propone y es alternativa, por ello es un peligro.
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