Trasciende que las autoridades estatales pagaron a campesinos y colonos para asistir a la manifestación, tomar las oficinas de la SCT y apoyar el polémico proyecto de la carretera
Hermann Bellinghausen
Este lunes, organizaciones afines al gobernador de Chiapas, Juan Sabines Guerrero, intentaron dar un empujón político y mediático al estancado proyecto carretero que uniría San Cristóbal de las Casas y Palenque, muy anunciado y sin que parezca concretarse. Así, marcharon por las calles de Tuxtla Gutiérrez y “tomaron pacíficamente” las oficinas del centro estatal de la Secretaría de Comunicaciones y Transportes (SCT).
A explicación no pedida, el presidente del Congreso Agrario Permanente (CAP), Juan Carlos Moreno Anaya, declaró a la prensa local: “Esta marcha es una reacción espontánea de las diferentes organizaciones, ayer nos pusimos de acuerdo, toda vez que el gobernador nos da el ejemplo, al dar la cara por nosotros. Lo que nos queda es respaldar moralmente al gobernador y pedir la destitución de Luis Téllez Kuenzler” (titular de la SCT), así como la de su delegado en Chiapas, Ernesto Jáuregui Asomoza.
Esta aguerrida marcha en apoyo al gobierno del estado fue realizada por “organizaciones indígenas y productivas de diversos municipios”, aunque no necesariamente de las localidades afectadas por los desarrollos turísticos. Los manifestantes demandaron a la SCT “cumplir” sus promesas.
La acción se dio en el contexto de una solicitud de presupuesto millonario para infraestructura, hecha por el gobierno de Chiapas al Congreso de la Unión. Busca resolver una situación de déficit en las dependencias. Según fuentes en Tuxtla Gutiérrez dignas de crédito, no hay trabajador del gobierno del estado que no se queje de que cada mes recortan sus partidas; en algunos casos hay recortes de 50 por ciento del presupuesto anual de cada dependencia.
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