domingo, 11 de janeiro de 2009

A 15 años del levantamiento zapatista - Guillermo Almeyra

El 1º de enero de 1994 la rebelión indígena dirigida por el Ejército Zapatista de Liberación Nacional en Chiapas culminó, en América Latina, una serie de levantamientos indígenas victoriosos, como el ecuatoriano de 1990, y prosiguió con ímpetu en la vía abierta en México por la votación de 1988 y, antes, por la movilización de los jóvenes chilangos en 1985.

Una vez rectificado su inicial curso bélico –destruir al Ejército, marchar sobre el Distrito Federal y tomarlo– el EZLN fue defendido por los sectores populares y despertó una gran esperanza. Tuvo momentos en los que intentó, sin sectarismo y con realismo, unir sus esfuerzos con los de otros sectores “progresistas” (por darles un nombre periodístico y conocido) y llamó a Cuauhtémoc Cárdenas a encabezar un movimiento nacional de liberación o convocó a toda la izquierda a una Convención Nacional Democrática que se hundió debido a los sectarismos entrecruzados.

Con la Marcha del color de la tierra demostró la voluntad de los indígenas de recurrir al parlamento para exigir sus derechos por la vía constitucional y legal, reformando la Carta Magna, pero todos los partidos hicieron oídos sordos a sus reclamos y los dejaron solos. Los indígenas se replegaron a sus comunidades y se fortalecieron en ellas tratando de comenzar a construir su autonomía, en el aislamiento y en la miseria, y sin aliados importantes en el terreno nacional.

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http://www.jornada.unam.mx/2009/01/11/index.php?section=politica&article=018a2pol