terça-feira, 7 de agosto de 2007

El nosotros zapatista

Marcos Roitman Rosenmann

Un mundo de mediaciones se yergue para no ver la realidad. Se busca descalificar, poner en pasado la propuesta de mandar obedeciendo, enterrar la otra campaña y la Sexta Declaración de la Selva Lacandona. Asimismo, las juntas de buen gobierno se miran con recelo.

Después de negarse a cumplir los acuerdos de San Andrés, mejor dicho, una vez consumada otra traición contra los pueblos indígenas de México, memoria obliga, los partidos políticos, las clases dominantes y sus ideólogos y los que pasaron por el zapatismo, dan por concluida una etapa histórica. México debe ser redimido por los de arriba o los del centro. Reiniciar el camino trazado con anterioridad a la irrupción de unos encapuchados que nunca han dado la cara y cuyos nombres han sido desenmascarados por los servicios de contrainteligencia.

Del zapatismo no han querido ver más allá, buscaron lo vulgar. Aun así, el Ejército Zapatista de Liberación Nacional (EZLN) y su dirigencia están todos los días dando la cara, cumpliendo su palabra, no han faltado a sus compromisos. Mientras los otros bajan el rostro y ocultan la vergüenza en la nocturnidad de sus felonías, corrupciones y escándalos de pederastia.

http://www.jornada.unam.mx/2007/08/05/index.php?section=politica&article=017a1pol