quarta-feira, 2 de maio de 2007

PAN y PRI criminalizan la protesta mientras saquean el país

Pedro Echeverría V.

1. Desde la campaña presidencial, el candidato panista Felipe Calderón, prometió aplicar todo el peso de la ley contra lo que el concibe ideológicamente como terrorismo y delincuencia. Así que nadie debe decir que es una traición o una sorpresa observar lo que su gobierno ha venido haciendo –desde que se hizo cargo ilegítimamente del poder-en materia de represión o de leyes. Aunque no se quiera aceptar que son conceptos ideológicos que responden a intereses de clase social, la realidad es que para los sectores de izquierda terrorismo y delincuencia es lo que practican gobierno y empresarios contra los explotados y oprimidos y para la derecha es la forma y los métodos de lucha que emplea el pueblo para protestar u oponerse a una política. La derecha considera natural la existencia de los explotados y los explotadores.

2. Por eso hemos despertado en México con la siguiente noticia: “El Senado de la República aprobó ayer reformar 12 leyes, con el propósito de sancionar el terrorismo y a quienes lo financian”. En realidad esas leyes no están dirigidas contra los terroristas, sino contra las personas que por cualquier otro medio puedan tratar de obligar a alguien, a una autoridad, a resolver en determinado momento. Como advirtieron el PRD, PT y Convergencia, “se criminaliza la protesta social" y se posibilita que luchadores sociales sean acusados de terroristas. “Se impone sanción de seis a 40 años de prisión, y hasta mil 200 días de multa, por atentar contra la seguridad nacional o presionar a la autoridad para que tome una determinación". Por bloquear una carretera se impone cárcel y mediante la acusación de ataques a las vías de comunicación vas a prisión 20 años.

3. Con toda la facilidad del mundo el presidente usurpador Calderón se la ha estado dejando ir, poco a poco, al pueblo mexicano. Unos protestan, otros se enojan, muchos demuestran felicidad y los más ni cuenta se dan, pero Fecal sabe que está avanzando mientras la llamada oposición se entretiene en sus sectarias luchas de mínimos avances o incluso retrocesos. Mientras gobernadores y legisladores del FAP contemporizan con sus pares del PAN y del PRI, y los lópezobradoristas sólo piensan en las elecciones del 2012, Calderón consolida su poder con el ejército, el sector empresarial, el imperio norteamericano y con importantes sectores de la clase política nacional. Al parecer, por el lado de los partidos y la clase política integrada al aparato de poder Calderón empieza a ejercer un control. La muestra es que ha lanzado a la llamada “Reforma del Estado”.

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